lunes, 16 de marzo de 2015

Reglas de oro para vivir en pareja

Primero sufrimos porque no la tenemos. Y ya que la tenemos, la mala educación sentimental recibida en culebrones radiofónicos, televisivos y escritos nos lleva reproducir escenas de ¡líbreme dios! Sí, nos referimos a la pareja. Pongámonos realistas y hablemos de lo que podemos hacer para que fructifique nuestra vida en pareja. 


Enlistamos algunas sugerencias, esperando que te sean de utilidad. No se trata de que tú hagas todo sola, porque la relación es de dos y el éxito depende de ambos. No está de más que imprimas esta hojita y, como quien no quiere la cosa, se la acerques a él sugiriendo su lectura, ya que no son reglas exclusivas de mujeres, y como verás nos referiremos indistintamente a ellos y a ellas. 

· Muéstrate interesada(o) 
En sus cosas Hay que hacerle saber que nos importa y que forma parte de nuestras prioridades en la vida (no la única ni tal vez siempre la primera, pero sí una muy importante). Hazlo con sinceridad y no como pose o impostura. Deja las exageraciones para la actriz de moda. Vive la realidad cotidiana 


Acércate de vez en cuando 
La cercanía emocional y física suele ser un comportamiento que olvidamos o nos asusta; a veces nos volvemos fóbicas cuando recibimos un rechazo en lugar de aceptación. En otras ocasiones somos como 'jarritos de Tlaquepaque', tan delicadas que nos rompemos con que nos miren feo. No te amilanes; remonta la distancia y aproxímate a tu pareja con cierta frecuencia, sea o no para tener relaciones sexuales 

· Conócelo(a) más 
Lo que muchos autores han identificado con una especie de 'mapa' que cada quien tiene sobre su pareja, no se basa en otra cosa que en el conocimiento mutuo. Para ello es muy importante acompañar a tu pareja a lugares y sitios importantes para él(ella), conocer a su familia y a sus amistades, no para controlarlo(a), sino para conocerlos y comprender por qué es de la forma que es. Así aprenderás a respetar su manera de ser. 

· Proporciónale cariño y admiración 
Demuéstrale tu afecto de muchas maneras: con tu presencia, con palabras, mediante caricias o con atenciones, dándole regalos o cumpliéndole algún gusto. Hazle saber que sientes una verdadera admiración por él(ella) y por lo que hace. 

· Exprésate con claridad 
Cuando mostramos nuestras ideas como críticas, censura, agresión o argumentos negativos, provocamos tensión en la pareja. Igualmente, cuando esperamos que "adivine" lo que estamos pensando o lo que queremos, vamos por mal camino; sólo llegaremos a un "teléfono descompuesto". Hablemos con suavidad y ternura, pero sobre todo con claridad y mucha honestidad. Esto incluye decir lo que no nos gusta de nuestra relación o de la persona misma. 

· No amenaces ni hagas dramas 
Poner en riesgo tu vínculo es algo innecesario, a menos que hayas tomado en serio la resolución de disolverlo. Muchas parejas amenazan permanentemente con romperlo a la menor provocación, y a la tercera ocasión es difícil creerle. También, las dramatizaciones espectaculares y desgarradoras son muy útiles para conmover a un auditorio, pero en la tercera actuación con la pareja ya es difícil ser convincente. Nuevamente: déjalo para el close up del culebrón en boga. Lo mejor es hablar con la mayor tranquilidad posible, de manera directa y sin exageraciones. 

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