viernes, 27 de febrero de 2015

Señales de estar con un inmaduro

No es que una siempre sea la mata de la madurez, pero tenemos que estar claras en que a ellos ese asunto a veces les cuesta un poco. 
No estamos hablando de aquellos que juegan Play Station todo el tiempo o que todavía se ríen de las mismas boberías de cuando estaban en bachillerato. Las señales por las que debes estar alerta son otras, así que atenta/o con esto, Segun thought catalog: 


Eres su primera relación “de verdad”:
Si este hombre con el que estás saliendo tuvo un par de novias en el colegio o la universidad y no ha tenido otra relación importante desde ese momento, probablemente vas a tener que enseñarle algunas cosas básicas. Ten en mente que la única referencia de una relación amorosa que tiene involucraba niñas de 14 o 17 años, eso quiere decir que por todo hay un “terminamos”, drama innecesario y gritos de “¡Es que tú no me entiendes!” y es tu deber enseñarle que las cosas no son así, que ambos son adultos y que hay una diferencia entre una adolescente y una mujer.


No sabe comunicarse:
Mil veces habrás escuchado que la comunicación es clave para cualquier relación, especialmente una amorosa. Potencialmente vas a pasar toda tu vida con este hombre y esa vida va a tener discusiones, peleas y ese momento en el que piensas que todo se terminó, pero si las cosas se hablan y se manejan con madurez, su relación va a durar intacta, toda la vida. Si él no está dispuesto a escucharte, se aleja o se guarda todo hasta que explota el problemón del siglo, entonces no es lo suficientemente maduro como para estar en una relación adulta.


Prefiere mantener su orgullo que trabajar en su relación:
A veces hay que ser humildes y aceptar que nos equivocamos. Si él prefiere siempre tener la razón, esa es razón suficiente para salir corriendo. Porque quiere decir que no te ama tanto como para ver más allá de sus errores y su terquedad. A nadie le gusta tragarse su orgullo, pero tienen que poner en una balanza qué es más importante para cada uno.


No acepta sus defectos:
Le echa la culpa a cualquier otra cosa cuando algo pasa en la relación (y cuando hay un inconveniente entre dos personas, usualmente no es culpa de una sola de las partes). Si tú estás dispuesta a aceptar que hiciste algo mal y él no, porque piensa que tiene la razón todo el tiempo, no solo es un signo de inmadurez, sino de egocentrismo. Bye, bye!


No puedes contar con él:
Si tienes algún problema ni creas que él va a estar ahí para ayudarte. Puede que te salga con un “Ay, pobrecita”, pero si es inmaduro, va a poner el mínimo esfuerzo necesario para convertirse en una persona con la que puedas contar. Los hombres inmaduros se pierden cuando las cosas se ponen difíciles y esto sucede por la naturaleza que tienen los niños de salir corriendo cuando, mientras jugaban béisbol de chiquitos, la pelota rompía un vidrio accidentalmente.


Eres su novia cuando le conviene:
¿Lo ibas a sorprender con una cena romántica cocinada por ti misma? Bueno, lástima, porque sus amigos de la oficina lo invitaron a jugar futbolito y él fue de lo más tranquilo sin avisarte; pero llega a estar aburrido en su casa y ya te está llamando para que vayas a “ver películas”. Así no funciona una relación madura. Los hombres se comprometen, los niños hacen lo que les da la gana.


Es flojo:
Pero flojo para la relación. Esto no tiene nada que ver con que los platos se queden en su fregadero durante semanas. Nos referimos más bien a que antes te escribía cuando se despertaba, te piropeaba regularmente, te sorprendía con detalles y ahora nada de eso existe. Recuerda que un hombre es detallista y está pendiente de tus necesidades afectivas.


No tiene ningún tipo de ambición:
No quiere moverse de ese trabajo que no le gusta, pensó en mudarse pero dice que quedándose en casa de su mamá la vida es más cómoda y los proyectos de comenzar su negocio se quedaron fríos dos días después de haberlo empezado a planear. Lo malo de estar con un hombre sin ambiciones es que nunca aspirarán a nada y tú te sentirás que lo estás arrastrando y presionando todo el tiempo.


En vez de terminar contigo, te trata mal hasta que tú decides terminar con él:
Esta es la clásica jugada de un niño cuyo uniforme todavía es una chemise azul. “Ya sé, la voy a tratar como un coleto para que ella termine conmigo y no sea yo quien tenga que empezar la conversación incómoda”. Honestamente, si ves que esto está comenzando a suceder, no dejes que alcance todo su potencial de maltrato, corta por lo sano y olvídate de eso. Ten en tu mente los recuerdos felices y recuerda lo que aprendiste, pero deshazte de ese niño.
 

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