viernes, 7 de agosto de 2015

Aprender a vivir en pareja

Mudarte con tu novio suena divertido pero va más allá de lo que crees. La convivencia implica trabajo en pareja, respeto y energía para que la experiencia no termine por convertirse en una rutina.
Puedes imaginar todo lo que va a pasar el día que decidas dejar tu casa para compartir tu espacio con alguien, mas nunca estarás del todo segura hasta que des el primer paso. Y, como en todo, cometerás errores de los cuales vas a aprender para mejorar la relación y fortalecerla.
Estas son cinco enseñanzas que puedes rescatar del hecho de vivir en pareja.

El tiempo se valora más. El trabajo y la rutina diaria pueden hacer que estés lejos de casa durante horas y llegues cansada. Es en ese momento cuando caes en la cuenta de lo importante que es tener la oportunidad de estar con tu novio más tiempo de lo habitual y sabrás apreciarlo. 

No todo lo que brilla es oro. Una relación bajo el mismo techo es muy diferente a una donde cada uno vive en su propio espacio. En algún momento, el chico que tanto amas y con el que nunca peleas puede convertirse en un dolor de cabeza pues es cuando se mudan juntos que conoces su lado más íntimo y sus costumbres. 

La importancia del espacio. Vivir sola implica tener la posibilidad de manejar tu casa como quieras y hacer en ella lo que mejor te parezca. Al mudarte, empezarás a compartir cada espacio con otra persona lo cual puede representar un límite para ti. Algo que se puede rescatar de la convivencia es el respeto por el tiempo y espacio personal para que ambos puedan respirar y relajarse.

Se aprende a ceder. Tú quieres comer carne y el pollo. Tú prefieres ver una serie y él una película. Tú quieres salir y él solo quiere descansar. ¿Quién dice que la convivencia es siempre felicidad? Cuando te mudas con tu pareja, descubres la importancia de dar tu brazo a torcer y complacer a tu pareja en lo que quiere. Lo ideal es que haya un equilibrio y que él también sepa ceder cuando es necesario. 

A no hacerse un mundo. Tu novio tiene algunos hábitos que te sacan de quicio y, al vivir con ellos todos los días, pueden generar una pelea. La gran lección que se aprende al mudarse en pareja es a tener paciencia y no ahogarse en un vaso de agua, sino a encontrar soluciones para sobrellevar los problemas en armonía.

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