jueves, 17 de septiembre de 2015

Respirar bien en situaciones cotidianas

He aquí algunos consejos para respirar bien en situaciones muy comunes de nuestras vidas.
Al salir a correr. Mantén en todo momento la espalda erguida, el pecho levantado y la mirada al frente, nunca al piso. Mientras mantienes esa postura, lleva a cabo una respiración acorde al ritmo de cada pisada, inhalando por la nariz y exhalando por la boca.

Al hacer ejercicio con pesas. Si vas al gimnasio y realizas esta actividad como parte de tu rutina deportiva, lo aconsejable es que exhales cuando realices el mayor esfuerzo (fase de contracción), es decir, cuando levantas las pesas, e inhalar cuando las bajas (fase de relajación).

Cuando estés tensa o ansiosa. Estira tu cuerpo. Hacerlo ayudará a que tu respiración se amplíe, favoreciendo la ventilación del organismo. La respiración debe ser más lenta y regular para que desciendan el ritmo cardiaco, la tensión sanguínea y la tensión muscular.

Durante el embarazo. En esta etapa se deben ejecutar ejercicios respiratorios controlados, como la respiración abdominal (en la que se hincha el vientre), respiración torácica (que consiste en movilizar el aire a la parte baja de las costillas sin llevarlo al abdomen) y respiración soplido (inspiración nasal lenta dirigida al diafragma que expulsa aire al soplar).

Durante un encuentro sexual. No tiene nada de malo si aceleran la respiración mientras acompañan la intensidad de sus movimientos, pero si lo que quieren es que el acto sexual se prolongue, conviene dejar de inhalar y exhalar superficialmente para hacerlo de manera más profunda, lenta y coordinada a la vez. Si ejecutan bien la respiración, el acto sexual no deberá ser un trabajo que los deje agotados y adoloridos al terminar, sino más bien relajados.

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