lunes, 4 de mayo de 2015

Señales de que un hombre te hace bien


Comienza por fijarte en cómo te sientes cuando estás a su lado o piensas en él. Las mujeres que siempre han identificado el amor con el sufrimiento no se dan cuenta de hasta qué punto sus parejas las han hecho sentirse mal. Están acostumbradas a experimentar tensión, dificultades, dolor emocional… Se sienten pequeñitas y frustradas a su lado. Y aún creen que eso es amor. Pero no lo es. El amor te conduce a sentirte bien, fuerte, grande, poderosa. Y sabrás que vas por buen camino cuando el hombre con el que te estás relacionando hace que te sientas así:




· Llena de energía. Después de pasar el rato con él, o incluso cuando te preparas para verle o planeas una actividad que vais a realizar juntos, tu cuerpo vibra, tu mente vuela y te sientes ligera, creativa, con ganas de comerte el mundo. 


· Valorada. Él te respeta y lo demuestra con su forma de hablarte y de tratarte. Sientes que puedes confiar en él, deshacerte de las máscaras que nos ponemos para los desconocidos e ir un paso más allá, haciéndole confidencias. Incluso si no has superado tus desengaños pasados y te cuesta abrirte, sientes que con él podrás hacerlo, aunque te lleve un tiempo. 

· Atractiva. Y para ello no necesitas irte a la cama con él. Es su forma de mirarte la que potencia tu sex appeal y hace aflorar tu belleza interior. A su lado te olvidas de los complejos y sacas a la diosa que hay en ti. 


· Relajada. Cuando estás con él eres tú misma. No necesitas inventarte un personaje ni pretender que eres distinta o (supuestamente) mejor. Es más, si lo haces por un momento, el aire se enrarece porque él te quiere tal y como eres. 

· Alegre. Porque te hace reír cuando te cuenta cosas, te escribe o te manda un sms. Tanto que cuando vuelves a casa y recuerdas la anécdota que te ha contado te vuelve a dar la risa. 


· Libre. Adoras estar con él y siempre tienes ganas de volver a verle. Pero no tienes ansiedad. No temes que se olvide de ti o que juegue contigo diciéndote que saldrá contigo para luego poner excusas. Además, él respeta tus planes y no interfiere en tus amistades o tus aficiones. 

· Poderosa. La relación con él saca lo mejor de ti porque se interesa por tu vida, tus sueños, tu historia. No se queda en lo superficial, sino que sabe atravesar la barrera “social” y hacerte preguntas íntimas, y sin embargo no invasivas, con las que te ayuda a reflexionar y por lo tanto a crecer. 

· Importante. Él te dedica tiempo y atención. Cumple su palabra y te llama si dijo que lo haría. Y cuando te tiene delante te demuestra cariño con gestos, miradas, abrazos, siendo tierno, tratando de complacerte al llevarte a tu restaurante favorito y teniéndote en cuenta en todo momento.

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