Armar una rutina. Es fundamental empezar de a poco, "Roma no se construyó en un día". Arrancar con una rutina de tres veces por semana es ideal para no cansarse y mantener el objetivo. Se recomiendan sesiones de entre 30 y 60 minutos alternando actividad aeróbica como correr, caminar o andar en bicicleta, con ejercicios de fuerza.
Ser realista. Aunque los primeros rayos de sol apuren, es imposible y poco sano bajar 10 kilos en una semana. Lo mejor es hacerlo de forma gradual pero sostenida, responsablemente y siempre acompañada de un especialista.
El outfit perfecto. Con la indumentaria adecuada, todo es más simple. Lo ideal son las prendas de Lycra, polysap o supplex para evitar que el sudor permanezca en el cuerpo y provoque malestares. Además, es fundamental elegir el talle justo para garantizar comodidad.
¡Tomar mucha agua! Sobre todo, en verano. Tomar dos litros de agua por día ayuda a estar hidratados y permite que el cuerpo funcione más eficientemente. ¡Nunca hay que olvidarse la botella con agua!
Hacer ejercicio, ¡en compañía! Realizar actividad física con amigos puede ser de gran ayuda, porque mantiene viva la motivación. Cuando hay pocas ganas de hacer ejercicio, saber que alguien está esperando es un empujón ideal.
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