Muchas veces vamos al gimnasio a ejercitarnos o salimos a correr por el parque con la intención de sudar lo máximo posible. En otras ocasiones, medimos la cantidad de grasas, proteínas o carbohidratos que consumimos en cada alimento. ¿Estamos haciendo lo correcto?
Sudar no es lo mismo que adelgazar. La transpiración es un mecanismo que hace que tu cuerpo mantenga su temperatura ideal. Es un proceso de deshidratación que permite que no te recaliente. Si bien puedes pesar menos después de correr, lo que habrás perdido son algunos ‘kilos de agua’.
Para aumentar la masa, no se deben consumir grandes cantidades de proteínas. Si bien las proteínas se encuentran en el tejido muscular, es bueno que sepas que esta solo interviene en un 10% en la actividad física. El aumento de la masa muscular está más relacionado con el consumo de glucógeno como fuente de combustible para tu cuerpo.
Los carbohidratos no engordan. Este es uno de los mitos más comunes, pues en todos lados se suele escuchar que ‘comer un buen plato de fideos’ te hará subir algunos kilos. Lo que en realidad te hace engordar son los complementos que se utilizan en las pastas, como las salsas con mucho aderezo o la carne de vacuno. Una buena idea para consumir fideos es mezclarlos con un chorro de aceite.
Las mujeres que levantan pesas no tienen ‘apariencia masculina’. Es probable que en el gimnasio veas chicas con miedo a levantar mucho peso por no tener ‘cuerpo de hombre’. Lo que realmente hace que tus músculos crezcan de esa manera son los anabólicos o los esteroides, no las pesas que realizas.
Ponerse una faja y hacer abdominales no siempre es lo mejor para bajar el abdomen. Para poder reducir esta parte del cuerpo, lo ideal es hacer aeróbicos, pues ese tipo de trabajos ayuda al fortalecimiento de la zona lumbar y abdominal.
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