Las mujeres tenemos todo un ritual para prepararnos antes de una salida de fin de semana. Inicia días antes del evento cuando mentalmente empezamos a planear cada detalle, desde lo que vamos a usar hasta el color de sombra de ojos que elegiremos.
Alistarnos puede llegar a ser irritante, algunas chicas incluso preferirán evitarlo y optar por un plan que exija menos preparación. Sin embargo, una vez que tenemos todo completo, nos sentimos las reinas del mundo.
¿Qué cosas suelen ocurrirte durante todo el proceso de alistarte? Estas son las que nosotras hemos experimentado alguna vez.
1. El “¿Qué me pongo?” compartido
Nuestras amigas son parte importante de todo este proceso. Desde que el plan se establece, se convierten en las estilistas oficiales y nos ayudarán en la búsqueda de un atuendo perfecto para la noche. El cruce de opiniones entre todas es básico para encontrar la mejor opción.
2. Descubrir que no tenemos nada en el clóset
Es en momentos como este cuando sentimos que no tenemos nada para usar pese a que nuestro ropero está a punto de estallar. Muy largo, muy corto, muy oscuro, muy grueso… siempre hay una excusa que nos hace desechar prendas y nos dan ganas de salir corriendo a la tienda en busca de algo nuevo. Sin embargo, siempre terminamos superando la prueba.
3. La pelea con el maquillaje
A las mujeres que no estamos acostumbradas, se nos complica la vida cuando se trata de maquillaje. El pulso nos falla al delinear, el efecto smokey eyes no nos sale como a la chica del tutorial y sentimos que los labios rojos llaman la atención más de lo esperado. Luego del esfuerzo, quedamos preciosas… hasta que nos pica el ojo y olvidamos que no debemos rascarnos.
4. El cambio inesperado de atuendo
Con todo bajo control, esperamos la llegada de nuestras amigas. Sin embargo, cuando nos damos un último vistazo en el espejo, decidimos que ese vestido no nos queda bien y que los zapatos no combinan con el resto del atuendo. De vuelta al ropero.
5. Los primeros pasos con los tacos
Después del segundo cambio de outfit, ahora sí estamos listas. Salimos de casa y al dar el primer paso en la calle, empiezan los dolores pese a que ya hemos caminado en tacos antes de salir para identificar puntos críticos. En ese momento descubrimos que olvidamos un básico en la cartera: las curitas.
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