viernes, 31 de julio de 2015

Demostrar nuestro lado "malo" a los hombres


Las mujeres podemos pasar de ser ángeles a diablas en solo minutos, todo depende de qué cosa motive esa transformación antagónica como una mala actitud de nuestra pareja o las simples ganas de divertirse sin compromisos con nadie.




En ocasiones, las maldades que hacemos no son adrede y caemos en la cuenta de ellas cuando nos lo hacen notar. Pero sabemos que aquellas que sí tienen un propósito detrás, terminarán por afectar a nuestra víctima aunque se haga el muy duro.
¿Cuáles son las maldades típicas que las mujeres utilizamos para lograr lo que queremos? Estas son algunas.

Mentimos diciendo “no me pasa nada”. Ellos saben que algo nos sucede pero la mejor manera de torturarlos es negándolo todo sin dejar de actuar enojadas. Ellos pasarán horas intentando sacarnos información o revisarán en su cabeza todas las cosas que han hecho durante el día que podrían habernos puesto así. Puede ser algo muy insignificante el detonante del asunto, sin embargo su “sufrimiento” es el peor castigo.

Quitarles el sexo. Hacerles la ley del hielo, mirarlos mal todo el día e ignorar sus mensajes puede que no sea suficiente para hacerlos caer en la cuenta de que hicieron algo mal. Pero cuando los privamos del sexo es que la cosa se vuelve seria. Aunque a veces lo hagamos por molestar, la verdad es que solo queremos relajarnos y estar solas mientras se nos pasa el mal humor. 

Coquetear para darles celos. No es que queramos algo con esa otra persona, lo único que buscamos es llamar la atención de nuestra pareja aunque no sea la manera correcta de hacerlo. Otras veces lo hacemos solo por molestar después de una discusión y olvidamos que esta maldad podría hacer que esa pequeña pelea se convierta en una guerra

Los usamos para cosas gratis. Una noche de diversión con amigas es el ejemplo perfecto de que las mujeres podemos pasarla bien sin gastar un centavo. No estamos interesadas en coquetear con ese chico pero, ¿podemos resistirnos a una cortés invitación de una cerveza? A veces no lo hacemos con mala intención.

No contestamos el teléfono. Si en verdad ese chico que conocimos en una reunión no nos interesa en lo más mínimo, sus llamadas serán desatendidas y sus mensajes respondidos con un escueto “ok” o el “jajaja” para cortar la conversación. Y si el problema es con nuestra pareja, ignorar sus intentos de comunicarse lo podrá aún más ansioso. 

Menospreciar a nuestras parejas. Esta es una de las peores maldades que las mujeres hacemos, especialmente si los amigos de nuestro chico están incluidos. Amamos a nuestro novio pero no podemos evitar exteriorizar nuestra molestia por esas actitudes suyas que nos sacan de quicio o burlarnos de él en público. Si nos ponemos del otro lado de la moneda, ¿estaríamos realmente felices con la situación?


No hay comentarios:

Publicar un comentario