lunes, 5 de enero de 2015

La venganza del ahorcado

Hola, dejo esta leyenda urbana cortita. Espero que les guste.


La madrugada del día 15 de Junio de 1812 , el campesino Jared Selum fue ahorcado, acusado del asesinato a cuchilladas al terrateniente Wallace.
Se tuvieron solo dos sospechosos: Reth Zader, antiguo socio del terrateniente, y el pobre campesino Selum, a quien Wallace había despojado de sus tierras. En los interrogatorios Zader fue astuto, contestaba a todas las preguntas de forma clara y tranquila. Selum, por el contrario se portaba nervioso. A fin de cuentas un inocente más murió en la horca. El caso fue cerrado y el campesino olvidado.




La noche del siguiente 15 de Junio, Zader despertó asustado por una terrible pesadilla, en la que el cadáver descompuesto del campesino Selum, le sonreía y señalaba macabramente. Tomó un par de tragos de whisky para calmarse y abrió la ventana, por ahí entró un sonido macabro igual al de sus pesadillas. Pero al asomarse la calle estaba solitaria, sin embargo el ruido parecía acercarse con lentitud.

Al asomarse de nuevo, distinguió una misteriosa figura, caminando lentamente, tenia vestimenta blanca y manchada. Poco a poco, la misteriosa figura avanzaba hacia su ventana, Zader intentaba huir, pero estaba inmovilizado por completo. La luna brilló con intensidad mostrando una visión espantosa, el putrefacto hombre de rostro descarnado estiraba sus brazos y le sonreía de forma burlona 

Al día siguiente, encontraron a Zader ahorcado en la rama de un árbol, con una soga vieja y rasposa. Sus extremidades fueron salvajemente arrancadas y esparcidas por los alrededores. El pecho, aún goteaba sangre, roja y caliente. Y en su cara aun conservaba una mueca de horror aterradora.


A pesar de todo lo sucedido el caso fue cerrado de inmediato, solo para conservar un terrible secreto. Pues esa misma mañana la tapa del ataúd del campesino Selum apareció rota y el putrefacto cadáver sostenía fuertemente entre sus manos, la pierna aun sangrante de Zader. Y en su horripilante boca, de dibujaba una sonrisa, propia de alguien que ha cumplido su añorada venganza

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