Estar en una relación y sentir esa horrible sensación que nos produce miedo, ansiedad, inquietud, desconfianza: celos. Todos en algún momento hemos experimentado ese sentimiento y es totalmente normal, siempre y cuando podamos controlarlos y no se nos vayan de las manos. Pero, ¿por qué los sentimos? La ciencia nos da algunas respuestas.
Cuestión de química
Según un estudio realizado por la Universidad de Pisa, en Italia, los celos se producen como consecuencia de los bajos niveles de serotonina en la sangre. ¿Pero qué hace este en nuestro comportamiento? Uno de los papeles de es este neurotransmisor es moderar emociones como la ira o la tristeza y, cuando tenemos bajos niveles del mismo, estos pueden acentuarse. Por eso no podemos controlar estas emociones. Lo mismo ocurre con los celos, influenciados también por la serotonina.
Otro punto develado en este estudio es que los celos se producen por un desequilibrio en la parte frontal de nuestro cerebro. Si esto sucede en exceso, incluso, podría llevarte a conductas agresivas.
No soy yo es ella
Ahora bien, en otra investigación realizada por la Universidad de Palermo (Argentina), la de Groningen (Holanda) y la de Valencia (España), se comprobó que existen características similares en las personas que pueden despertar celos en otras. Por ejemplo, los celos se incrementan debido a una sustancia llamada norepinefrina, responsable de que una persona se sienta amenazada por alguien de su mismo sexo.
Asimismo, la universidad de Palermo revela que el atractivo físico es otra de las razones por las que nuestro hipotálamo envía señales de alerta a todo nuestro cuerpo ,liberando adrenalina, la cual se comunica con las células nerviosas y provoca ansiedad, estrés e incomodidad.
¿Cuestión de supervivencia?
Múltiples psicólogos evolutivos sostienen que los celos ayudan a nuestra especie a “sobrevivir”, pues gracias a ellos protegemos nuestra relación. Eso sí, hablan de los celos controlados.
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