He aquí una serie de cosas que no debemos hacer dentro de una relación en pareja.
Pecado 1: No hablar sobre lo que les disgusta
El primero de los ocho "pecados" de la relación de pareja es cubrir los enojos bajo la alfombra.
"Muchas cuestiones se ven ignoradas, pasadas por alto o enterradas por el ajetreo diario del trabajo, la difícil crianza de los niños que no deja tiempo para la conversación o porque un cónyuge teme a la confrontación", señala Kaiser.
"Sin embargo, hacer a un lado los problemas sólo provoca que se acumule un gran montón de ellos... y con eso se tropezará más tarde. Sólo podrás sacarle la vuelta a ese crítico montón durante un tiempo, porque en algún momento uno de ustedes o ambos explotará".
Ella aconseja a las parejas que cuando no dejan de darle vueltas a algo sobre su relación o cónyuge y les molesta, evalúen si es importante o no. Si es un asunto pequeño, hay que dejarlo o desahogarse con alguien.
"Si es importante, hay que encontrar tiempo para abordarlo de inmediato y de una manera tranquila. No hay que esperar a que finalmente exploten los meses o años de ira reprimida. Hay que lidiar con el conflicto cuando éste se presente", recomienda.
Pecado 2: No escuchar al otro
Una queja muy común que escuchan los especialistas cuando atienden a parejas es que su cónyuge no los escucha.
Hay que remontarse a cuando eran novios: ¿Recuerdas cuando cada palabra que salía de la boca de tu novio(a) era fascinante? ¿Te acuerdas cómo te morías de ganas de que llamara para escuchar lo que pensaba sobre cualquier cosa?
¿Estás distraído por la casa, los niños o el trabajo?
¿Ya te aburrió escuchar a tu pareja quejarse eternamente sobre el trabajo sin hacer nada al respecto y te desconectas?
Una vez que comprendan por qué uno o el otro ya no escucha, se puede hurgar en problemas más profundos.
Sin embargo, cualquier problemática será casi imposible de arreglar a menos que ambas partes pongan atención.
Pecado 3: Mantener expectativas poco razonables
Las expectativas poco razonables son exactamente eso, poco razonables. Y pueden presentarse en casi cualquier punto en una relación.
Muchos hombres y mujeres las tienen sobre la institución del matrimonio, y rápidamente se desilusionan del cónyuge una vez que están casados.
Eso va doble en lo referente a la crianza de los hijos, cuando la falta de sueño, el estrés y la presión económica causan conflictos en casi todas las parejas del mundo.
La lista de áreas donde la gente tiene expectativas poco realistas es interminable: cómo debería lucir su pareja, el empleo que debería tener, cuánto dinero debería de ganar y así sucesivamente.
Cuando hablo con las parejas, animo a cada persona a que me diga lo que quiere o espera en ciertas áreas de conflicto que están especialmente caldeadas; entonces podemos examinar si las expectativas son razonables o no, o incluso si son posibles de lograr.
Pecado 4: Culpar al otro
Negarse a aceptar su parte en el deterioro de cualquier relación, generalmente se manifiesta a través de echar la culpa o señalar con el dedo.
Muy pocas personas disfrutan disculparse y admitir que podrían haber hecho diferente las cosas.
Sin embargo, para algunas personas extremadamente defensivas, eso no sólo es difícil, es imposible.
Por alguna razón (su infancia, una relación anterior donde se sintieron impotentes o el orgullo) algunos hombres y mujeres simplemente no pueden admitir que quizá han contribuido a los problemas en la relación.
Todo la voltean: "¡él fue el que empezó!", "¡yo no actué mal, fue ella la que falló!"... Llevan siempre la cuenta de las fallas del otro y, obviamente, la culpa nunca es de ellos.
En estos casos hay que tratar de demostrarle al cónyuge hipervigilante que se trata de salvar la relación, no de llevar la cuenta, y que nadie es perfecto ni necesita serlo.
Pecado 5: Vivir en el pasado
Hay que hablar de lo que está ocurriendo ahora.
Sacar a relucir los asuntos o problemas del pasado -una sola vez- puede ser útil para establecer un historial de la relación.
Quejarse una y otra vez de los acontecimientos del pasado sólo diluye el problema actual, lo que deja a la otra persona cansada, abrumada y dispuesta a dejar de prestar atención a la queja actual.
Pecado 6: Faltarse al respeto
Un estudio premarital muy popular hace años mostró de manera concluyente que faltarse el respeto destruye la relación de pareja.
La mayoría de las relaciones que veo que terminan en un rompimiento tienen este elemento.
Se pueden aprender estrategias para una comunicación mejor y más dinámica, pero la verdadera pregunta es: ¿por qué casarse con alguien a quien no se va a respetar?
Se pueden utilizar herramientas o aprender nuevas técnicas para incrementar el nivel de respeto con su cónyuge. Trata a tu pareja como a ti te gusta ser tratado y mantén sus sentimientos y pensamientos en alta estima.
Pecado 7: Tener desconfianza
Los cimientos para toda relación sólida se basan en la confianza. En las relaciones de pareja, no hay nada como la honestidad.
Eso significa ser sincero respecto a lo que piensa, lo que siente y lo que hace.
Lamentablemente, algunos crecimos en hogares donde la confianza entre los padres estaba fracturada y esta historia de la infancia puede llevarnos a un camino similar en la relación de pareja.
Pecado 8: Ser egoísta
Si necesitas que el mundo gire en torno tuyo, entonces quizá debas vivir solo y salir con la mayor cantidad de personas que puedas o contratar a un equipo de personas para atender todas tus necesidades.
Las relaciones tienen que ver con dar y recibir. Deberías querer que tu cónyuge esté tan feliz y contenta como tú lo estás.
Es natural que quieras las cosas a su manera: la fiesta de tu cumpleaños, unas vacaciones o una comida en particular, por decir.
Pero si no le preguntas a tu cónyuge qué quiere y qué necesita, y no te esfuerzas por proporcionarle muchas de esas cosas, entonces se avecinan conflictos, resentimientos y la probabilidad de que él o ella no quiera esforzarse en darte lo que tú quieres y necesitas.
Estoy de acuerdo. Es exactamente lo que creo que hay que hacer para mantener una relación con alguien, y no sólo de pareja sino con la familia y amigos y hasta en cierto grado con casi todas las personas.
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