La felicidad, más que un estado en la vida, se convirtió en uno de los negocios más fructíferos y lucrativos de la era moderna. Libros, fármacos, terapias, revistas, cursos, etc. Son parte de toda una parafernalia que rodea al concepto de felicidad. Todos aquellos que se ocupan del “alma” aseguran que la felicidad está con ellos, mientras que los guros de la auto-ayuda aseguran que se trata de la actitud frente a las circunstancias adversas. Cierno o no, existen actividades, que a pesar de ser “malas” para lograr la felicidad, de forma paradójica podrían ayudar a mejorar la calidad de vida. Dale un vistazo a estas 7 cosas que, paradójicamente, nos hacen más felices.
1. Ver una película triste.
Puede ser “Un amor para recordar“, “Al final del día“, “Un puente hacia Terabithia” o “¡Qué verde era mi valle!“, lo que sea y de cualquier época. Según un estudio, las personas que ven una película en la que prevalece la nostalgia y la tristeza, inconscientemente comparan la vida propia con las de los personajes de la película, que por razones obvias, resultan más decadentes, logrando un efecto inevitable de optimismo.
2. Mantener la mente ocupada.
A menos que seas Batman, es posible que el trabajo no sea parte de las 9 de cada 10 cosas cuando piensas en ser feliz. Y es que no hay nada más relajante que la idea de tumbarse en la playa o incluso en el sofá, bebiendo tu bebida favorita y dejar que el tiempo pase lentamente sin obligaciones. Pero en realidad nuestro cerebro y el cuerpo no pueden vivir sin trabajo y muchos estudios corroboran esta información. Prueba, por ejemplo, tomar más de un mes de vacaciones para experimentar la inactividad o analiza a una persona que está a punto de retirarse, seguro observaras que trabajará mucho más duro que antes.
3. Comer carne roja.
Tal vez en el mundo moderno sean los alimentos con peor reputación. Sin embargo, investigadores australianos realizaron un estudió que analizó los hábitos alimenticios de miles de mujeres. Aquellas que consumían una cantidad recomendada de carnes rojas, reportaron mayores niveles de optimismo en comparación con las que consumieron menos o nada. Esto se debe a los altos niveles de Omega-3 contenidos en este tipo de alimento, que mejora el humor y previene varias enfermedades mentales tales como la depresión y la demencia senil.
4. Luchar.
Durante un estudio, investigadores experimentaron con ratones la relación entre la agresión y la felicidad. Para ello, colocaron una hembra y un macho en una jaula. Tiempo después de la cohabitación, los científicos intercambiaban la hembra por un intruso masculino. Después de varios minutos, el intruso comenzó a atacar. Después de varias repeticiones de este tipo, los investigadores inyectaron un supresor de dopamina en la rata macho. Unos minutos más tarde, este ratón decidió alejarse y comenzó a tomar comportamientos relacionados con la paz, mientras que el intruso estaba más agitado, o lo que podría traducirse como más “feliz”, producto de la dopamina, también llamada hormona la felicidad.
5. Viajar en metro o romper la rutina.
Investigadores de Suecia reclutaron a un grupo de voluntarios para llevar a cabo un estudio que consistía en viajar en metro varias veces durante un mes. Al principio a los encuestados se les preguntó acerca de su estado mental y emocional. A medida que la investigación avanzaba, los científicos recopilaban datos sobre la felicidad. Sorprendentemente, incluso al final del mes y una vez completado el estudio, los voluntarios informaron niveles más altos de felicidad en comparación con los del primer registro. Según los científicos, esto se debe al hecho de que variar o interrumpir la rutina es bueno para el bienestar mental.
6. Hacer tareas domesticas.
Tradicionalmente, a nadie le gusta hacer las tareas domésticas y no es raro ver los lavaderos obstruidos de platos y ollas sucias en las cocinas donde predomina la presencia masculina. Sin embargo, un estudio a más de 30,000 personas de 34 países, mostró que los hombres que hacían más tareas domésticas generalmente eran más felices. Esto sugiere que los hombres son más conscientes de la igualdad de genero de lo que se pensaba, y por eso, cuando ven a sus esposas haciendo las tareas domesticas se sienten más culpables.
7. Pensar en la muerte.
Por muy sutil que parezca, una reminiscencia sobre la mortalidad influye de forma positiva en la psique. Según un estudio llevado a cabo junto a un cementerio y en las calles próximas a este, en donde un hombre fingía deshacerse de sus pertenencias. El número de personas que transitaban cerca del lugar y ayudaban al hombre a recoger sus cosas, fue mayor en comparación con aquellas calles que rodeaban al cementerio. Esto se debe a que, inconscientemente, la muerte sensibiliza a la gente a respetar los sentimientos relacionados con la caridad y el bien común.
Hay más estudios que prueban esta teoría. En ellos se muestra que las personas de conciencia más desarrollada con respecto a la muerte, eran más propensas a reciclar, no fumar, a usar protector solar y a comportarse de forma altruista y empática con los demás.
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