Los siguientes son los mejores recursos que usan los estudiantes de éxito.
Es el resultado de una investigación (patrocinada por la revista Reader’s Digest) que determinó qué principios y actitudes contribuían a que los estudiantes avanzaran sin problemas en el colegio secundario o en la Universidad.
1. ESTABLECER TUS PRIORIDADES.
Los estudiantes sobresalientes no admiten intromisiones mientras estudian. Una vez que abren los libros o encienden la computadora, ya no contestan llamadas telefónicas, ni se distraen con la televisión, ni van a buscar algo para comer.
2. ESTUDIAR EN CUALQUIER SITIO...O EN TODOS.
A pesar de que te aconsejaremos vivamente la regularidad en los horarios y lugares para estudiar, también es importante que vayas formando el hábito de estudiar ‘en cuentagotas’. Mientras haces cualquier otra cosa, puedes aprovechar unos minutos para leer fragmentos de material que necesitas asimilar, o, sobre todo, para hacer breves pero frecuentes repasos.
3. ORGANIZARSE.
Procura no perder ningún minuto en buscar elementos que dejaste en algún lugar sin prestar atención. Un estudiante de la enseñanza media sigue, por ejemplo, este sistema: archiva de inmediato los trabajos escolares del día en carpetas de distintos colores, según la materia, para poder encontrarlos fácilmente en tiempo de exámenes y repasarlos sin dilaciones.
4. APRENDER A LEER.
‘La mejor clase que he tomado fue la de lectura veloz’, dice el estudiante Christopher Campbell. ‘No sólo llegué a leer más palabras por minuto, sino que aprendí también a mirar primero el índice de los libros, así como sus gráficas y sus ilustraciones. Entonces, cuando comenzaba a leer ya me había formado una idea general de su contenido y retenía mucho más’. El secreto de la buena lectura’, explica un experto, estriba en ser ‘un lector activo, una persona que continuamente formula preguntas conducentes a la plena comprensión del mensaje del autor’.
5. PROGRAMAR TU TIEMPO.
Cuando un profesor les asigna un trabajo largo, los buenos estudiantes elaboran un programa, dividiendo la tarea en partes pequeñas, para que no les resulte tan abrumadora. En este sentido, recuerda la frase que dice: ‘No es posible comerse un elefante... Salvo que se lo haga progresivamente, pedazo a pedazo...’
6. TOMAR BUENOS APUNTES... y usarlos.
‘Leer el libro de texto es importante, pero también es cierto que un profesor tomará examen en base a aquello en lo que hizo hincapié, y eso lo que encontrarás en tus apuntes’. Los estudiantes sobresalientes también toman notas mientras leen el libro de texto. El universitario David Cieri, por ejemplo, utiliza su propio sistema: traza una línea vertical en el centro de la hoja de su cuaderno y escribe, en un lado, las notas sobre el texto, y en el otro, las de la lección impartida por el maestro. Así puede revisar ambas facetas de la asignatura simultáneamente.
7. ENTREGAR TRABAJO PROLIJOS.
Los trabajos limpios pueden ayudarte a obtener calificaciones más altas. ‘El alumno que entrega un trabajo pulcro tiene más posibilidades de conseguir una buena calificación’, asegura uno de los profesores consultados. ‘Es como si a uno le sirvieran una comida deliciosa. Por suculento que sea el manjar, no resulta apetecible si viene en un plato sucio’.
8. EXPRESARSE Y CONOCER EL ESTILO DEL PROFESOR.
‘Si no entiendo el concepto que el profesor está explicando, le pido que lo repita. Sin embargo, la participación en clase consiste en algo más que en hacer preguntas; se trata de mostrar curiosidad intelectual. ¿Por qué es tan importante conocer el estilo que tiene el profesor para diseñar las pruebas?. Algunos suelen repetir los temas y hasta las preguntas. Por eso será una ventaja si considera ciertas preguntas con anticipación para tener las respuestas prontas cuando el tiempo apremia durante el examen.
Aun si no es posible anticipar las preguntas, trata de conocer qué métodos emplea cada profesor. Por ejemplo, unos se inclinan por la narración, mientras que otros por las preguntas con posibilidades o por completar espacios en blanco. Al familiarizarte con cada uno, sabrás si debes concentrarte en la generalidad de un tema o sólo en hechos específicos.
9. ESTUDIAR EN GRUPO.
La importancia de estudiar en grupo se puso de manifiesto en un experimento llevado a cabo en la Universidad de California. Cuando era estudiante de post-grado en esa institución, Uri Treisman observó una clase de cálculo para alumnos de primer año en la que los estadounidenses de origen asiático obtuvieron, en promedio, mejores calificaciones que otros alumnos de grupos étnicos minoritarios e historiales académicos similares. Treisman descubrió que los primeros analizaban juntos las dificultades que planteaban sus tareas escolares, aplicaban enfoques diferentes y compartían las soluciones. Los otros, por el contrario, estudiaban solos, pasaban la mayor parte del tiempo leyendo y releyendo el texto, e intentaban el mismo enfoque una y otra vez, aun cuando no les diera resultado. Apoyándose en sus hallazgos, Treisman propuso que en ese curso se enseñaran métodos de estudio en grupo. Cuando esto se hizo, los grupos alcanzaron los mismos buenos resultados.
10. EXAMINARSE.
Cuando toma apuntes, la estudiante Domenica Roman subraya los puntos que, en su opinión, podrían incluirse en los exámenes. Después formula preguntas tentativas basadas en esos puntos y se examina sola por escrito antes del día de la prueba. ‘Si no puedo responder la pregunta satisfactoriamente, vuelvo a repasar mis apuntes’, explica.
11. HACER MÁS DE LO QUE TE PIDEN.
Si el profesor de matemáticas le plantea cinco problemas, la estudiante Christi Anderson resuelve diez. Si el profesor de historia le encomienda leer ocho páginas, ella lee 12. ‘Parte del aprendizaje es la práctica’, asegura Christi. ‘Y cuanto más se practica, más se aprende’.
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