Esta habilidad no es necesariamente innata. A continuación te dejamos el artículo de Jeff Haden para que puedas desarrollarla:
Primero, una definición: “La capacidad de trabajar duro y enfrentar al fracaso y la adversidad con fortaleza; cualidad interior que permite trabajar duro manteniendo las pasiones y objetivos a largo plazo”.
Ahora, el término: “Determinación”.
La definición describe casi a la perfección las cualidades que todo individuo exitoso posee, debido a que la fortaleza mental construye las bases para el éxito a largo plazo.
Por ejemplo, las personas exitosas son muy buenas para retrasar la gratificación y resistir tentaciones. Ellas logran superar el miedo, con el fin de hacer lo que tienen que hacer (por supuesto, eso no quiere decir que no teman, sino que significa que son valientes. Hay una gran diferencia). Además, ellos no sólo priorizan, sino que constantemente hacen lo que decidieron que es más importante.
Todo lo anterior requiere de fortaleza y resistencia mental, así que no es coincidencia sean algunas de las cualidades de las personas más exitosas.
Algunas formas en las que puedes lograr esto:
1. Siempre actúa como si todo estuviera bajo control
Hay una cita que a menudo se le acredita a San Ignacio: “Ora como si Dios se fuera a hacer cargo de todo, actúa como si todo fuera a depender de ti“.
La misma premisa se aplica a la suerte. Muchas personas creen que la fortuna tiene mucho que ver en el éxito y en el fracaso. Si tienen el primero, la suerte les favoreció, y si no, ésta simplemente no estaba de su lado.
La mayoría de las personas exitosas sienten que la buena suerte jugó algún papel en su éxito. Pero no se quedan esperando el próximo golpe de suerte, ni se preocupan por la mala fortuna. Actúan como si el éxito o el fracaso estuvieran totalmente bajo su control. Si logran triunfar, es porque trabajaron por ello; si fallan, es porque no se esforzaron lo suficiente.
Al no perder energía mental en preocuparte por lo que podría suceder, puedes poner todo tu esfuerzo en hacer que las cosas pasen.
No se puede controlar la suerte, pero sin duda puedes controlar lo que haces.
2. Deja a un lado las cosas que están más allá de tu control
La fuerza mental es como la fuerza muscular: nadie tiene un suministro ilimitado ¿Por qué gastar energía en las cosas que no puedes controlar?
Para algunas personas, es la política. Para otros, es la familia. Para otros, es el calentamiento global. Sea lo que sea, es algo que te importa y quieres que a los demás también les preocupe.
Bueno, haz lo que puedes hacer: vota, escucha, recicla y reduce tu huella de carbono. Genera tu propio cambio, pero no trates de hacer que todos los demás cambien. No lo harán.
3. Mira al pasado como una valiosa experiencia de aprendizaje y nada más
¿Más fácil decirlo que hacerlo? Depende de tu perspectiva. Cuando te ocurre algo malo, tómalo como una oportunidad para aprender algo que no sabías antes. Cuando otra persona comete un error, no sólo debes aprender de ello, sino verlo como una oportunidad para ser amable, capaz de perdonar y de comprender.
El pasado solo es experiencia. No te define. Piensa en las cosas que han salido mal, pero solo para ver lo que tendrías que hacer diferente la próxima vez, para así no cometer los mismos errores. Tú y la gente a tu alrededor se asegurarán de que las cosas salgan bien en el futuro
4. Celebra el éxito de los demás
Muchas personas (te garantizo que conoces a un par) ven el éxito como una torta: sólo hay cierta cantidad para repartir. Cuando alguien tiene un trozo grande, significa que el resto tendrá que conformarse con pedazos más pequeños.
El resentimiento absorbe una gran cantidad de energía mental, la cual tendría un mejor uso en cualquier otra cosa.
Cuando un amigo hace algo impresionante, eso no te impide hacer algo similar. De hecho, las personas exitosas por lo general se rodean de gente como ellos, así que mantén a tus amigos aún más cerca.
No le guardes rencor a la genialidad. Crea y celébrala dondequiera que la encuentres, con el tiempo será cada vez más presente en lo que piensas y haces.
5. No te permitas quejarte ni criticar
Tus palabras tienen un gran poder, sobre todo en ti. Quejarse de tus problemas siempre te hará sentir peor, no mejor.
Así que si algo está mal, no pierdas tiempo. Utiliza esa energía mental en hacer que la situación sea mejor…A menos de que quieras quejarte para siempre.
¿Por qué perder el tiempo? Corrige el problema ahora. No hables de lo que está mal, habla acerca de lo que puedes hacer para mejorarlo, incluso si esa conversación es sólo contigo mismo.
Haz lo mismo con tus amigos o compañeros de trabajo. No te limites a ser un hombro para llorar. Los amigos no dejan que sus amigos se quejen; los amigos ayudan a sus amigos a mejorar sus vidas.
6. Enfócate en impresionar a nadie más que a ti mismo
Nadie te quiere por tu ropa, tu auto, tus posesiones, tu título profesional o tus logros. Esas son sólo cosas. Puede que a la gente le gusten tus cosas, pero eso no significa que tú les agrades.
Claro, superficialmente puede que parezca que les caes bien, pero eso es insustancial, y una relación que no se basa en nada parecido a eso.
Las relaciones genuinas te hacen más feliz. La única forma de tenerlas es cuando dejas de tratar de impresionar al resto y eres tú mismo.
Tendrás mucha más energía mental para gastar en la gente que realmente importa en tu vida.
7. Sé consciente y agradecido de lo que tienes
Tómate un segundo cada noche antes de apagar la luz, y ocupa ese momento para dejar de preocuparte por lo que no tienes. Deja de preocuparte por lo que el resto tiene y tu no.
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