sábado, 11 de abril de 2015

Errores de una mujer en la intimidad

Lo peor que puede hacer una mujer en la cama es reprimirse o suprimir sus deseos por anteponer los de la otra persona. 




No tomar la iniciativa. 

No hay nada más aburrido que una mujer sosa en la cama. ¿Qué es eso de esperar a que él dé el primer paso? De hecho es más sensual y divertido si es que tú empiezas a calentar el ambiente con lencería sexy, unos preliminares subiditos de tono o algún juego picante. No seas tímida y da rienda suelta a tu imaginación. 

Estrellita de mar. 

¿Hay algo peor que no tomar la iniciativa? ¡Sí! Y eso es hacerse la estrellita de mar, es decir, quedarse espanzurrada en la cama esperando a que él haga todo el trabajo. Queridas, eso queda terminantemente prohibido. A los hombres no les mola nada tener que currárselo ellos solos, y además saldréis perdiendo vosotras obteniendo mucho menos placer. 

Hablar demasiado. 

Durante el sexo, es como cuando se come: no se habla. Y si vas a hablar que sea para que suba la temperatura haciendo uso del “dirty talking”. Dile todo lo que le vas a hacer, lo que quieres que te haga, lo mucho que te gusta –y si no te gusta también-, etc. Haz uso de la palabra para excitarle y no para incomodarle con temas de conversación inapropiados para el momento en cuestión. Y si no tienes nada erótico que decir, mejor no decir nada. Cíñete a los gemidos y al contacto físico. 

Ceder en todo. 

En la cama tenéis que disfrutar los 2, por lo tanto, si hay algo que te incomoda o que no quieres hacer, no te cortes y díselo. Buscad juntos otras alternativas en la que ambos podáis gozar de la actividad sexual. 

Ser egoísta. 

La cosa debe de estar siempre equilibrada, no vale que uno de los dos haga todo y el resto sólo se encargue de disfrutar. El sexo es cosa de dos, así que estableced turnos y sin duda la conexión será mucho mayor. 

Caer en la rutina. 

Ha posiciones que son infalibles cada vez que tenemos sexo con nuestra pareja. Sin embargo, no innovar en la cama puede llegar a ser aburrido y dañar la relación a largo plazo. De vez en cuando es bueno añadirle algo de chispa al encuentro y probar cosas nuevas por el bien de ambos. 

Fingir un orgasmo. 

Esto, queridas mías, es pan para hoy y hambre para mañana. ¿De qué te sirve fingir un orgasmo? Los hombres no son tan “ingenuos” como creemos, y al final se acabará dando cuenta.

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